miércoles, 7 de octubre de 2015

Las bestias del ático... Autor: René Martín

Las bestias del ático 

En los momentos de la más absoluta paz, esos instantes en los que nos relajamos, estiramos las piernas y olvidamos nuestros problemas, cuando ya ni podemos sostener la revista, que se nos cierran los ojos y el café hace rato que perdió su efecto, Sí!, es en esos momentos cuando suelen pasar las cosas más locas y absurdas que nos cogen por sorpresa y nos ponen el corazón a latir como los timbales de Tito Puente. Fue en un plácido día de primavera cuando mi merecido momento de reláx fue interrumpido (de coñazo) por las bestias enfurecidas del Ático.
Como una vez les expliqué, yo viví en un pequeño pueblito llamado Frydstejn, en medio del Paraíso de Bohemia, en una casa muy antigua pero muy bonita justo en frente de las ruinas del legendario Castillo de Frydstejn. Era una casa muy vieja, muy grande pero muy acogedora, la pude alquilar muy barata, así que me sentía como Rico Mac Pato de vacaciones en un lugar paradisíaco, con unas vistas estupendas del valle. La casa tenía dos plantas y después un pequeño ático, que era más bien un desván donde se ponían los cachivaches. Yo nunca había subido, solo me había asomado a través de la trampilla, y al ver todo como en las películas de terror cerraba esa vaina y le daba 6 vueltas a la llave. Mi habitación quedaba arriba y era genial... tenía una chimenea y echarse junto a ella en un cómodo sofá con la ventana en frente y ver allá a lo lejos las siluetas de los castillos de Trosky y Valdstejn rodeados de bosques era un poema. Había estado metiendo carbón en el sótano como un esclavo toda la tarde (después les echaré ese cuento), así que después de terminar, bañarme, cenar muy rico y prepararme un tecito, me tiré en el sofá como la Maja Desnuda de Goya y me puse a ojear un prospecto del supermercado (ya me había leído hasta las etiquetas de los enlatados). Buen... allí acostadito, casi ya guindando, de repente estalla el ruido (a todo gañote) más horrible que se puedan imaginar!!!! parecía que se estuvieran peleando Godzilla y King Kong, una verga de sonido como de un tigre con tiranosaurio y gato electrocutao' que me hizo pegar un salto como el gato Tom y caer de espalda detrás del sofá y dejarme allí atrapao' con las patas pa' arriba haciendo como una cucaracha volteaa' en un frenesí terrible de susto, pánico, sorpresa y cagazón!!!. ¿¿¿QUÉ MIERDAAA ES ESAAA, DIOS MÍO??? El ruido sesó de la misma forma en que había aparecido... de coñazo! Me levanté... despaciiiito... asomando primero una mano, después la otra y por último levantando mi cabeza hasta la altura de los ojos allí detrás del sofá! mire pa' un lao... mire pal otro... mira pa' arriba... nada! No, no... eso no me lo pude haber imaginado... umn uun! Me levanté por fin, y bueno, traté de acomodarme la bata y cuando me amarraba la vaina.... noooo joooodaaaaa.... WUIIIIIIUUUUU AAAARGGGGGG IIIIIIKKKKK GRRRRR  AAAAUUUUUIIIII!!!!!  Otra vez!!! Pecho a tierra, compadre!!! Me arrastré hasta el pasillo y allí la vaina era mucho peor!!! Coño... coño, cooooño... pegué un salto pa' las escaleras y bajé (rodando) hasta que me paró un sillón y allí me quedé, con los ojos pelaos, tratando de entender qué había pasado! El ruido paró de nuevo, y escuché entonces unos pasos como con pezuñas que venían del piso del que justo había escapado como un saltador olímpico! Me reincorporé y ahí si dije: "No joda... a esta verga la clavo en un palo, no joda!!" Fui al despacho y cogí mi mega escopeta Browning Maxus calibre 12 y subí en plan Helmer Gruñón por las escaleras, dispuesto a matar lo que sea que viera, así fuera a Franta o al Ahorcao! Sigo escuchando gruñidos y pasos que se arrastran arañando la madera y no joda... adrenalina full... marcapasos en la cesta de la compra en Amazon... cara de cagao' valiente... continúe subiendo hasta llegar al pasillo, allí me percaté que el sonido provenía del ático! Coño!Qué podría estar viviendo en mi ático que hace esos ruidos de mierda????!!!!! Nada... yo no me podía largar en ese momento, ni de vaina!... después de que un jabalí me comiera la bicicleta estaba prácticamente atrapado... y si llamaba al viejo Leidar iba a ser peor!!! Bueno, amigos, así que decidí bajar la escalera plegable, y subir de coñazo disparando como Rambo en esa vaina, y que fuera lo que Dios quiera! Metí la llave, abrí la cerradura, cogí la trampilla con la mano izquierda, con la derecha la escopeta, empiné el culo, cogí vuelo y pegando un grito a lo BAAAAANNNZAAAAAAIIIIIII!!!!! tiré la trampilla pa' tras y PUM!! PUM!!! PUM!!! Mala idea! Primero: El ruido de los tiros en ese espacio cerrado de vaina me vuela los tímpanos pa' la mierda! Segundo: El retroceso me tiró como tres metros pa' atrás y me escoñeté sobre un poco de cajas viejas, y tercero: Se cerró la trampilla y me quedé en esa verga a oscuras y no me veía ni la nariz!!! Tirado sobre las cajas allí, como una mujer dando a luz, metí dos cartuchos más y me paré como un ninja dándome un coñazote con una de las vigas del techo! Nada! me puse en posición de combate sin saber ni siquiera para donde estaba apuntando! No oí nada! (tampoco podía mucho después de esos tiros de antes), pero de repente escuché... coño, y sí que lo escuché, una verga que se cayó a mi derecha y volví a prender el infierno en esa verga!!!! PUM!!! PUM!!! Ahora sí que estaba jodido, porque me terminé de joder los oídos!! PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!! era solo lo que escuchaba. Nada, panas... con el pie buscaba la trampilla, y cuando la encontré abrí esa verga y salté pa' abajo como poseído! No joda, corrí hasta el despacho y me volví a apertrechar!, pero nada... pasó una hora y nada... así que busqué la linterna y volví a subir. Lo que sea que había sido eso estaba muerto o llegando a Praga! Abrí la trampilla y ya con luz pude ver que había una lámpara en el techo de esas de cadena, la encendí y para mi sorpresa... allí estaban dos mangostas (especie más grande de las comadrejas), muertas e' bola y abrazadas. Tal vez subieron al ático a robar el relleno del aislante o a dormir y se encontraron la una con la otra y se entraron a coñazos, ese fue el ruido demoníaco que me arruinó la noche de reláx. No lamenté haberlas matado más de lo que lamenté el dolor de mis oídos por una semana! Me imagino que cuando entré hecho Chuck Norris pegando tiros se abran cagado y se abrazaron del susto y alguna de las dos tumbó esa lámpara que al final delató su ubicación. Verídico!


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